Cuando me designaron como lugar para fotografiar "Un barrio cerrado", pensé en un conjunto de viviendas que había visitado hace unos años atrás ("Conjunto Los Andes") y me parecía interesante/diferente a lo que, por lo menos yo, asocio con el típico barrio cerrado de hoy en dia.
Principalmente, lo que me llamó la atención de este lugar, fue como su antigua y organizada arquitectura "dialoga" con la naturaleza, lo cual le otorga esa calidez y armonía tan única al espacio, haciendo que uno no perciba ese encierro que no sería lo mismo sin todo el verde que abunda allí.
Cada visita al lugar fue muy distinta. En mi primer exploración quise hacer fotos que muestren esta combinación naturaleza-orgánica/arquitectura-simetría, tratando de transmitir en las mismas, la tranquilidad que me generaba deambular por las callecitas del barrio.
La segunda visita la encaré desde un punto de vista completamente opuesto. Ya había descartado esto de ver el "lado lindo" del lugar. Me puse a observar que eran las cosas que no me gustaban. Me di cuenta que el lugar en sí estaba bastante descuidado, y me focalizé en fotografiar esos detalles. el abandono. También me tomé de la palabra "encierro" relacionando a todos esos árboles y plantas (que en mi primer visita los concebí como libres y con un fuerte vínculo amistoso con los cuerpos de viviendas) como víctimas y prisioneros de lo urbano, lo cuadrado, su enemigo.
El "diálogo" arquitectura-naturaleza ya no lo percibía como algo amistoso, sino como una guerra entre ambos.
Cuando hice mi última exploración, fuí con una idea clara de lo que quería hacer. Algunas fotos de mi segunda visita en las cuales registre este sometimiento urbano sobre lo natural, me hicieron convencer de que tenía que tratar de realizar una serie de fotos explotando esta idea y trabajando una estrategia.
Cada foto seleccionada para la serie será de 20x30 y estarán montadas de manera vertical, como se conciben en el blog.
